Madurar sin perder nuestra **** interior... Todas tenemos en nuestro cajón de las braguitas esas que no nos ponemos pero han pasado por infinidad de cosas. ¿Recuerdas las primeras veces que te masturbaste? Estas braguitas lo vivieron, se han mojado, se han sudado, hemos crecido con ellas. Desde la inocencia de los 14 a la picardía de los 20. Ahora, nos las volvemos a poner pero con una intención muy diferente... ¿Crees que la sensación será la misma? Vamos a averiguar el resultado, esta vez, atrevidas, en pareja, calientes, traviesas, salvajes, pero sin perder la esencia. ¿Quién es la **** y quién la mujer?Tu elijes como quieres que aprovechemos la ocasión, tu experiencia será la nuestra.