Éstas chanclas llevan acompañándome 6 maravillosos años y me da mucha penita deshacerme de ellas, pero sinceramente me gustaría que las disfrutases tú. Están bien desgastadas y usadas durante muchos veranos de playa, montaña e incluso por casa como zapatillas.
¿Quieres ser dueño de ellas? Solamente has de escribirme y pedírmelas.